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Pollença, situado al norte de la isla de Mallorca y abrazado por la majestuosa Serra de Tramuntana, emerge como un tesoro escondido que aguarda ser descubierto. Su rica historia se remonta a la época talayótica, como lo atestiguan los restos arqueológicos dispersos por la zona, mientras que durante la Edad Media fue escenario de conflictos entre musulmanes y cristianos, lo que dejó un legado de torres y fortificaciones. En el siglo XIX, el florecimiento de la producción de vino y aceite de oliva impulsó su crecimiento y prosperidad, marcando el devenir de la localidad.
Llegar a Pollença es un viaje que combina la comodidad del transporte privado con la posibilidad de disfrutar del paisaje durante el trayecto. La Ma-13, que conecta Palma con la zona norte de la isla, es la ruta más directa, ofreciendo vistas panorámicas a medida que se acerca a su destino. Aquellos que llegan desde el este pueden seguir la Ma-12 en dirección a Artá y luego desviarse hacia Pollença, mientras que los que optan por el transporte público encontrarán servicios de autobús desde la Estación Intermodal de Palma.
Una vez en Pollença, el visitante se ve inmerso en un mundo de encanto y diversidad. La Plaza Mayor, con su animado mercado dominical y su imponente iglesia parroquial, es el corazón pulsante de la localidad, donde se mezclan los aromas de la gastronomía local con el bullicio de los comercios. Sin embargo, son los alrededores los que revelan los verdaderos tesoros de Pollença: los 365 escalones que serpentean hasta el Calvari, ofreciendo vistas espectaculares de la región, y lugares emblemáticos como la Casa Museo Dionis Bennassar y el Convento de Santo Domingo, que alberga el Museu de Pollença, son paradas obligatorias para los amantes del arte y la historia.
Además de su patrimonio cultural, Pollença ofrece una exquisita combinación de naturaleza y serenidad. Los senderos que serpentean por la Serra de Tramuntana invitan a explorar paisajes de ensueño, mientras que el Puente Romano, envuelto en misterio y leyenda, es un refugio de paz donde el tiempo parece detenerse. Con cada rincón revelando una nueva faceta de su encanto, Pollença se erige como un destino que cautiva los sentidos y enriquece el alma del viajero, prometiendo una experiencia inolvidable que perdurará mucho más allá del viaje mismo.
La experiencia en Pollença se enriquece aún más con la diversidad de actividades que ofrece. Los amantes del aire libre encontrarán en sus alrededores un paraíso para el senderismo y el ciclismo, con senderos que serpentean a través de exuberantes paisajes naturales y montañas escarpadas. Sumergirse en las aguas cristalinas de la playa de Cala Sant Vicenç o explorar la impresionante belleza del Parque Natural de la Península de Formentor son solo algunas de las opciones para disfrutar del entorno natural de manera activa.
Por otro lado, los paladares más exigentes también encontrarán su paraíso en Pollença, donde la gastronomía local cautiva con sus sabores auténticos y su rica variedad de platos tradicionales. Desde las delicias del mar, como el famoso tumbet de pescado, hasta los suculentos embutidos y quesos de la región, cada bocado es una experiencia culinaria que celebra la abundancia de la tierra y el mar. Con restaurantes acogedores que ofrecen lo mejor de la cocina mallorquina, Pollença invita a sus visitantes a saborear la esencia misma de la isla en cada exquisitez servida a la mesa. Gestionamos apartamentos turisticos en Port de Sóller, Port de Pollença y Cala Millor.
